Investigadores de la UB han desarrollado una aleación de cobre y níquel en forma de nanoesponja metálica que reduce al mínimo el gasto energético de los dispositivos electrónicos como los ordenadores o los teléfonos móviles.
Hasta ahora, para registrar la información en las memorias magnéticas habían de generar campos magnéticos que utilizaban la corriente eléctrica que calentaba mucho el material y disparaban el consumo. Prácticamente un 40% de la energía eléctrica que llega a los ordenadores se disipa en forma de calor.
Este nuevo material tiene una estructura porosa que hace que no sea necesaria tanta energía para crear los campos magnéticos para registrar datos. Así, en los primeros prototipos de memorias magnéticas nanoporosas diseñadas con esta aleación de cobre y níquel se ha conseguido reducir un 35% el consumo de energía respecto a las memorias clásicas.
Según los autores del descubrimiento, este nuevo material permitiría reducir la factura eléctrica en el caso de los ordenadores y aumentar la autonomía de los dispositivos móviles
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