Entrevista a Alex Cañada

La Fiesta Mayor de Viladecans es como una receta de cocina: lleva mucha preparación detrás y se crea con cariño para que al final, quién la deguste, se quede con un buen sabor de boca. Alex Cañada, duelista final de MasterChef 11 y finalista de MasterChef 4 (2016), también dejó un buen “bouquet” en el paladar de quiénes siguieron el concurso por televisión, y ahora pretende maridar la Festa Major siendo el pregonero de una cita para chuparse los dedos. Hablamos con él para conocerlo un poco más.

¿Qué receta te inspiraría Viladecans?

Un plato de kilómetro cero; porque nuestra tierra tiene unos productos envidiables con sabor y que da gusto cocinar. Pondría un buen puñado de tomates cherry, aceite, alcachofas... Todo muy ligero, vegetal y sano. Y presentado de forma muy limpia.

¿Cómo ha crecido aquel niño que entró a MasterChef Junior?

Entrar al programa me desveló la pasión por la cocina y, con el apoyo de mi familia, me decidí a estudiar esta profesión para dedicarme, como estoy haciendo. Siete años después he tenido la gran suerte de volver y tener un foco mediático que muchos grandes cocineros no tienen. Ser segundo para mí ha estado increíble.

¿Y cómo llevas haber sido escogido pregonero de tu ciudad?

Tengo la madre más orgullosa del mundo. Cuando reconocen el trabajo de un hijo todavía muy joven allí donde ha crecido, emociona. Y yo estoy muy contento, porque siempre he llevado Viladecans allí donde voy.

¿Te ves como un ejemplo para otros?

Mi familia siempre me ha hecho tener los pies en el suelo y he vivido cómo mis abuelos y mis padres luchaban mucho para sacar adelante sus pequeños negocios. Sé que nadie regala nada, que puede haber éxitos pero también caídas, y todo se tiene que conseguir esforzándose. Y es lo que intento hacer siempre. Si esto inspira alguien para progresar y llegar más lejos, fantástico.

¿Alguien te lo ha verbalizado?

En verdad me han parado por la ciudad familias para decirme que su hijo o hija quiere dedicarse a la cocina como yo. Me alegro que haya cambiado la visión de esta profesión, que años atrás quizás no era tan positiva. Yo he aprendido a quererla y me emociona que más gente lo haga.

¿Con qué te quedas del paso por el concurso?

He aprendido a superarme cada día y a utilizar los puntos de vista de los otros, aunque sean críticos, como una posibilidad para evolucionar y no estancarme ni en la cocina ni como persona.