Barrio de Llevant

Mucho más que un nuevo barrio para la ciudad

Este verano empieza a tomar forma el nuevo barrio de Llevant, que supone mucho más que un espacio junto al límite de Sant Boi que acabará de tejer el núcleo urbano. Es una oportundiad para resolver necesidades históricas y actuales de mobilidad, equipamientos, zonas verdes y acceso a la vivienda asequible. Para hacer el nuevo barrio se respecta el patrimonio con valor natural e histórico y se concentra la edifición en la zona próxima al barrio la Torre-roja, donde actualmente hay básicamente espacios en desuso de actividades económicas abandonadas y descampados privados de los que nadie cuida. 

El barrio ocupa 55 hectáreas entre la carretera comarcal C-245, los barrios de la Torre-roja y Campreciós, el espacio forestal de la montaña de Sant Ramon y el término municipal vecino de Sant Boi.

Se trata de seis veces la superficie del parque de la Marina.

Las ciudades están vivas. En las últimas décadas en Viladecans han nacido barrios donde se han instalado personas recién llegadas y han arraigado las nuevas generaciones locales que querían que su futuro pasara para quedarse aquí. Así, la ciudad ha ido tomando forma y uniendo barrios separados por el orografía, como el torrente Ballester o la riera de Sant Climent. Esta es la última pieza de toda la extensión del casco urbano que quedaba por colocar.

Los barrios se diseñan en función de planes previstos el 1976 en el Plan General Metropolitano de Barcelona. Es decir, hace casi medio siglo que el Plan Parcial Urbanístico de Llevant prevé la forma y el uso del suelo de este barrio. Aun así, con el paso de los años y la evolución de las propuestas se ha llegado a un modelo de barrio, resultado de un acuerdo entre Ayuntamiento y Generalitat, que sigue unas tendencias sostenibles y atiende las necesidades actuales.

Será un barrio compacto, con los edificios de viviendas concentradas al lado de los barrios de la Torre-roja y de Sales, mientras que las zonas verdes y los equipamientos harán de frontera con el espacio forestal de la montaña de Sant Ramon. La disposición de las nuevas edificaciones mantiene la estructura de islas tipos ensanche muy habitual en los barrios del entorno. Habrá edificios con diferentes alturas, de entre tres y diez plantas, que generarán un 'skyline' diverso.

El Ayuntamiento ha rechazado propuestas más agresivas con el territorio y ha recogido las sensibilidades ciudadanas para definir el proyecto. La concentración de la edificabilidad permite una mayor sostenibilidad ambiental y viabilidad funcional y ofrece el máximo de espacios públicos. Además, han estado factores claves la movilidad sostenible y la perspectiva de género, es decir, las necesidades de las mujeres y los aspectos que mejoran su sensación de seguridad.

El barrio supondrá mejoras importantes, como un vial de ronda que reducirá el tráfico interno en la ciudad, 1.371 pisos de protección oficial, la extensión del parque de la Torre-roja y equipamientos educativos, culturales, deportivos y lúdicos, como la piscina de verano. De hecho, el 34% del suelo del nuevo barrio serán zonas verdes, que ampliarán el parque de la Torre-roja como pulmón verde y transición hacia la montaña. Además, la mayoría de terrenos privados pasarán a tener uso público en espacios de uso ciudadano. El 84,4% del suelo será público y el 15,6%, edificaciones residenciales y comerciales.

Solo el 33% del suelo tendrá edificios: un 15%, viviendas y un 18%, equipaciones. La edificación residencial se concentra en la zona próxima en el barrio de la Torre- roja, donde ahora hay básicamente espacios en desuso de actividades económicas abandonadas y descampados privados de los que no se hace mantenimiento.

Para cuidar de la memoria industrial, la chimenea y el horno de la antigua 'bòbila' se conservarán y se integrarán en el equipamiento que se construirá en la plaza central del barrio, de un tamaño similar al parque del Torrent Ballester. De hecho, uno de los nuevos edificios públicos en el barrio estará dedicado a la memoria histórica, a partir de una biblioteca especializada y del traslado del actual Archivo Municipal.

El coste de las obras para dar forma a las infraestructuras y el espacio público será de 38 millones de euros, sin contar la construcción de edificaciones residenciales o de equipamientos. Esta inversión se reparte entre los titulares del suelo, sobre todo en manos de privados y del Instituto Catalán del Suelo, que venden los terrenos para edificar o construyen ellos mismas viviendas para sufragar el coste de urbanizar el barrio.

En la licitación pública para hacer las obras se presentaron diez propuestas. La adjudicataria, con la puntuación más alta, fue la Unió Temporal d’Empreses (UTE) formada por Sacyr, Scrinser y Excavaciones y Construcciones Benjumea.

Pocas afectaciones

A pesar de que la mayoría de obras se harán fuera del núcleo urbano actual, se informará en cada momento de aquellas afectaciones imprescindibles, básicamente sobre la movilidad del entorno o el acceso a la montaña. Las únicas obrasen en el actual casco urbano serán la renovación de colectores de agua en la avenida de la Fraternidad y en la calle del Torrent Fondo para conectar el nuevo barrio en la red.

El perímetro del nuevo barrio estará cerrado durante los dos años de obras por seguridad y para agilizar la actuación, pero se podrá acceder al espacio forestal de la montaña de Sant Ramon desde la avenida de la Fraternidad.

VIALES DEL BARRIO

Calles del barrio de Llevant
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